sábado, 12 de julio de 2008

Día de fría lluvia


Algodones grises deshaciéndose en el cielo como si una mano revolviera una fuente de agua impregnada de tinta. Un viento helado provoca remolinos en el suelo. Y yo camino observando este cambio climático típico de invierno pero que este año ha sido tan mezquino.

Las calles con sus grandes edificios observan a los transeuntes que provistos de prendas típicas de esta estación, buscan refugio de las primeras gotas que comienza a lanzar el cielo. Y yo disfruto este instante que antes detestaba.

Sigo caminando por calle Alameda, bandejón central, y mi figura se refleja en los charcos de agua lluvia, que bella se ve la ciudad como cuerpo que ha recibido una ducha matinal, refrescando y limpiado lo que la noche dejó entre las sabanas.

Las gotas caen con más fuerza, el viento ha levantado con sus brazos las hojas desprendidas de los árboles, cielo oscuro, y sigo mi camino empapándome con el paisaje.


No hay comentarios: