lunes, 3 de marzo de 2008

Viajar


Desde que me subí por primera vez a una vión sentí que sería el despertar de un espíritu viajero.

El hecho de conocer nuevos lugares, diferentes culturas y personas me da la sensación de crecer, y por sobre todo disfrutar de las maravillas que hay en este mundo.

Si bien son pocos los viajes que he realizado, han sido a lugares que impresionan y me llenan de emoción cuando los visito.

Como olvidar los atardeceres en el Valle de la Luna y el Salar de Atacama, el amanecer en los geiser del Tatio y Camboriú, el inicio de una tormenta en Florianópolis y en las termas de Huife, la historia del salitre en Humberstone, los rituales aymaras en Toconao, parques naturales de exótica flora y fauna en Valdivia, Unhipraias, Caburga, las intensas caminatas por lo barrios porteños de Bs. Aires, los paseos en barco y la visita a las islas de Santa Catarina, Playas, desierto, frío extremo, calor, museos, historia, noches llenas de estrellas, días llenos de aventuras, aromas y sabores. No hay duda de que viajar es un gran placer, y cada vez que lo haces comienzas a pensar a dónde irás la próxima vez.

Cada lugar tiene su encanto, y cada vez piensas en ir más lejos, no importan las barreras idiomáticas ni cambio de moneda, lo importante es qué descubrirás cuando salgas a un nuevo lugar. Y si vuelves al que ya conoces, da lo mismo, siempre se encuentra algo nuevo que disfrutar.

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